¿El agua tiene sabor?

– Aristóteles fue quien en el 330 a.C. determinó que el agua no tenía sabor propio

– Hasta ahora se pensaba que su sabor se debía a la canalización.

 

A pesar de que desde el colegio nos dicen que el agua es incolora, inodora e insípida, cada vez que hacemos una escapada y abrimos el grifo para beber agua percibimos un sabor diferente. Esto se debe a la mineralización a lo largo y ancho de la geografía así como a las diferentes canalizaciones que en algunos casos requieren un sistema de ósmosis para mejorar el sabor del agua. Siempre hemos pensado que el agua en sí no tiene sabor, aunque algunas investigaciones empiezan a apuntar lo contrario. El agua podría activar impulsos nerviosos en los mamíferos y, por lo tanto, tener un sabor propio. Aristóteles podría estar equivocado.

 

El sabor del agua en la historia

Fue Aristóteles quien en el 330 a.C. determinó que el agua no tenía sabor propio y que, de saber a algo, se debía a que era un vehículo para los sabores ingeridos anteriormente. Es decir, que si comiéramos algo de queso antes de beber agua muy probablemente el trago de después nos recordase a este alimento. Siglos más tarde, la psicóloga Linda Bartoshuk de la universidad de Florida determinó tras unas investigaciones que la saliva tenía (incluso) más sabor que el agua.

Sin embargo, no hay certeza que 100 años dure, científicos del instituto de Tecnología de California han localizado lo que parece ser un sexto sentido en la lengua que se desarrolló, precisamente, para poder identificar el sabor del líquido elemento que hoy analizamos. En el estudio, publicado en la revista Nature Neurosience, se detalla cómo la lengua de algunos mamíferos (en concreto roedores) posee receptores que se activan cuando ingerimos agua potable, situados en la zona de la lengua que se activa con el sabor amargo.

Se midieron las respuestas al agua pura (así como otros nutrientes) de las células receptoras del gusto (TRCs) en la lengua de los animales. Durante la prueba, se registraron respuestas a los cinco sabores básicos: dulce, amargo, ácido, salado y umami, situados en distintas partes de la lengua.

 

No es único de mamíferos

Ya se había contrastado que el agua activaba respuestas en el gusto de algunos insectos o aves y ahora está investigación permite ampliar la lista a algunos mamíferos, aunque aún es pronto para establecer que el agua tiene sabor para los humanos ya que nuestro sentido del gusto se ha desarrollado de forma distinta, pero es un avance importante y nos recuerda que aún estamos muy lejos de saberlo todo sobre el ser humano, y sobre el agua como especie.

 

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