¿Cada cuánto se debe cambiar la alcachofa de la ducha?
Cuando realizamos la limpieza del baño solemos centrarnos en las piezas grandes o más visibles. Sin embargo, la cal y las bacterias se adhieren a todas aquellas por las que circula el agua. Por este motivo, es importante conocer cuándo debemos cambiar la alcachofa de la ducha.
Cómo son las alcachofas de ducha
En la actualidad, podemos encontrar una amplia variedad de grifos así como de alcachofas o teléfonos. Con independencia del modelo de alcachofa de ducha que elijamos, debemos realizar una correcta higienización. De lo contrario, su rendimiento decrecerá y dejaremos de beneficiarnos de las mismas.
¿Y cuáles son los beneficios de una alcachofa de la ducha? Pues además de aspectos relacionados con la decoración, estas ofrecen diversas funcionalidades. Una calidad más alta, mejores prestaciones o un mayor ahorro de agua son algunas de las características que diferencian a unas de otras.
Con la instalación de una alcachofa de ducha que incluya un reductor de caudal, podemos ahorrar hasta cerca de un 80%; tal y como sucede con los grifos termostáticos. Además, existen cabezales que no solo permiten la salida de un chorro de agua directo, sino también en forma de cascada o de lluvia. Para facilitar la limpieza y posponer así el cambio de la alcachofa de la ducha, se recomienda siempre adquirir las de mayor tamaño.
Cómo realizar la limpieza de la alcachofa de la ducha
Antes de hablar sobre cuándo debemos cambiar la alcachofa de la ducha, hay que aprender a cuidar la que tenemos para prolongar su vida útil. En la mayoría de las ocasiones, es el desconocimiento el que nos lleva a descuidar la limpieza de aquellas. Por lo tanto, si además de ahorrar en el gasto de agua también queremos hacerlo en la renovación de las piezas, es importante saber dónde se acumula la suciedad.
A la hora de realizar la limpieza del baño semanal, debemos incluir desde ya la de la alcachofa de la ducha. De igual modo en que la cal se va apoderando de los azulejos o las tuberías, lo mismo sucede con esta delicada pieza.
Además, la alcachofa de la ducha tiene la peculiaridad de que cuenta con pequeños agujeros para que salga el agua. Cuando la cal comienza a acumularse, estos se taponan progresivamente. La consecuencia es que el espacio para que el agua salga será menor y, por tanto, la cantidad que sale de esta también.
¿Cómo podemos solucionar este problema? Pues habrá que desmontar la alcachofa de la ducha y verificar que su parte interna no está llena de cal. De así serlo, habrá que emplear productos específicos para la eliminación de esta. De manera que puedan desobstruirse y volver a permitir la circulación del agua.
Estos productos deben utilizarse de forma regular, dejándolos actuar y frotando con suavidad para eliminar la cal incrustada. Además de esta, nos desharemos de las bacterias que también tienden a acumularse.
No obstante, lo mejor para que estos productos sean realmente eficaces, es comenzar a utilizarlos desde antes de que la cal se apodere de la grifería. La prevención siempre es la mejor manera de evitarnos problemas.
Cuándo cambiar la alcachofa de la ducha
Aunque no existe un tiempo específico en el que realizar el cambio de la alcachofa de la ducha, sí que podemos prestar atención a diversos factores que nos avisarán de que ha llegado el momento. La vida útil de cada una dependerá de los cuidados que se hayan tenido para su mantenimiento.
En primer lugar, la principal evidencia de que debemos cambiar la alcachofa de la ducha es el caudal de agua. Cuando veamos que este comienza a ser menor del habitual, sabremos que existe un problema. Como decíamos, esto suele deberse a la cal, por lo que antes de renovarlo, podemos probar con la limpieza de la alcachofa de la ducha.
En otras ocasiones, no se debe a la cal sino a un problema técnico que obstruye la salida del agua. Desmontar la alcachofa de la ducha será lo que nos permitirá identificar si hay alguna anomalía en su interior.
Por último, otro de los motivos por los que podemos cambiar la alcachofa de la ducha es una cuestión estética o de eficiencia. Si hemos renovado la decoración, quizás busquemos una pieza más acorde con esta. También, es posible que busquemos alcachofas cuyo rendimiento sea mejor.