Bañera o plato de ducha: ¿Cuál elegir?
La remodelación de un cuarto de baño puede ser todo un reto. Además de tener que ajustarse a un presupuesto concreto, también es necesario escoger una estética y elegir entre las cada vez más amplias opciones que hay disponibles. No solo en lo que respecta a los azulejos de suelo y pared o el mobiliario, sino también a elementos como la grifería. Hoy nos centramos en una de las piezas que más dudas genera: te ayudamos a elegir entre una bañera o un plato de ducha.
Bañera o plato de ducha: cómo elegir la opción correcta
Tomar decisiones nunca suele ser fácil, y menos cuando se trata de algo que será inamovible durante varios años. Una reforma supone un coste elevado, y por eso es conveniente meditar sobre lo que se desea. De este modo, el resultado final se ajustará a las necesidades y preferencias y no a impulsos precipitados.
En las dos últimas décadas, las bañeras quedaron en un segundo plano, frente a los modernos platos de ducha. Como veremos a continuación, estos ofrecían una serie de ventajas que resultaban interesantes para las viviendas. Sin embargo, por eso de que las modas siempre vuelven, las bañeras están recuperando de nuevo su protagonismo. Si a ti también te han cautivado y no puedes elegir entre una bañera o un plato de ducha, vamos a ver las ventajas de cada una para ayudarte a escoger.
Ventajas de una bañera
Experiencia relajante
Las bañeras las asociamos con baños de espuma, música relajante y aromas, es que pocas cosas hay tan placenteras como este lugar. En la actualidad, es conveniente tener en cuenta el gasto de agua que puede suponer, pero de vez en cuando es perfectamente factible disfrutar de este placer.
Terapia de hidromasaje
Las bañeras modernas suelen estar equipadas con sistemas de hidromasaje que ofrecen chorros de agua ajustables. Además de ser beneficioso para personas con dolencias musculares o articulares, incrementa el confort en la experiencia anterior.
Ideal para familias con niños
Las bañeras son ideales para familias con niños pequeños. No solo resulta más fácil y seguro, sino que también permite entretenerles con juguetes y que asocien la higiene con algo divertido.
Variedad de estilos y tamaños
Hace décadas, las bañeras solían tener un formato estándar. Pero ahora, encontramos desde las clásicas hasta otras versiones más modernas, como las empotradas o las compactas, que se colocan como pieza independiente en el baño. Estas últimas, con un estilo retro, contribuyen a lograr una estética antigua muy atractiva, y se pueden conseguir grifos empotrados en el suelo que permiten su colocación en cualquier parte del baño.
Ventajas de un plato de ducha
Accesibilidad y seguridad
Los platos de ducha a ras de suelo son ideales para personas mayores o aquellas con movilidad reducida. A diferencia de con las bañeras, no hay necesidad de subir o bajar, lo que los hace fácilmente accesibles y seguros a la hora de entrar y salir. También permiten colocar un asiento en el interior.
Ahorro de espacio
Los platos de ducha son una excelente opción para baños pequeños o espacios limitados, así como cuando se desea ampliar la estancia. Al ser compactos y estar ubicados contra la pared, maximizan el espacio disponible en el baño. Con ello, se consigue una mejor distribución y organización.
Facilidad de limpieza y mantenimiento
Los platos de ducha son fáciles de limpiar y mantener. Su superficie lisa y plana facilita la limpieza diaria y evita la acumulación de suciedad y humedad.
Versatilidad en el diseño
Los platos de ducha vienen en una variedad de materiales, como acrílico, cerámica o piedra, y están disponibles en una amplia gama de colores y texturas. En lo que respecta a la grifería, existen modelos muy modernos con rociadores superiores y mango extensible y con sistemas termostáticos para la regulación de la temperatura y el caudal, como este modelo Up! Urban de pared.
Entonces, ¿bañera o plato de ducha?
Como habrás podido comprobar, ninguna opción es mejor que otra. Se trata únicamente que valores cuáles son las ventajas que más se acercan a tus necesidades y preferencias. Si lo que prima es reducir el espacio destinado a la ducha para que la estancia luzca de mayor amplitud, entonces el plato es lo que necesitas. También, si se trata de una vivienda donde hay personas mayores o adultos que no destinan demasiado tiempo al baño. Y en el caso de querer comodidades, siempre se puede optar por rociadores más amplios y envolventes o chorros de pared.
Por el contrario, las bañeras son preferibles si hay niños pequeños o cuando la estética es lo que prima. El protagonismo que esta pieza cobra es indudable y hará las delicias de los amantes de los estilos más antiguos.
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