Cinco consejos para limpiar grifos cromados que no sabías
Por donde quiera que circule el agua, va dejando señales de su paso con el tiempo. En el caso de los grifos, tanto si son de la cocina como del baño, comenzamos a ver restos de gotas y manchas como consecuencia de la cal. Aunque su aparición es inevitable, sí que es posible deshacerse de ella. Te dejamos algunos consejos para limpiar grifos cromados y que siempre luzcan como el primer día.
El mantenimiento del cromado en un grifo
Los grifos cromados se caracterizan por su brillo y su aspecto impecable. Un detalle difícil de mantener si no se toman las medidas adecuadas en el momento preciso. Este mantenimiento debe realizarse también de forma regular, para evitar que vayan deteriorándose y resulte luego más compleja su limpieza.
Aunque la grifería de alta calidad presenta una resistencia mayor y tarda más tiempo en degradarse, requieren también de unos hábitos para su conservación. Hay que tener en cuenta que cuidar y limpiar los grifos cromados es una manera de alargar su vida útil.
Cómo limpiar grifos cromados
Puesto que se trata de un material delicado, es importante seguir estas indicaciones y no experimentar. Si al limpiar grifos cromados dañamos o quemamos su superficie, es posible que el problema no pueda repararse.
Evita los químicos agresivos
Algunos ácidos, como son la lejía o el salfumán, y aquellos que contienen sosa cáustica o amoniaco pueden afectar al cromado. Por lo tanto, antes de utilizarlos debemos verificar las etiquetas para asegurarnos de que no contienen ninguno de estos componentes. Asimismo, las cetonas y los alcoholes también perjudican la superficie y no deben utilizarse para limpiar grifos cromados.
Utiliza bayetas suaves
Para eliminar la suciedad o la cal incrustada, la solución no es siempre rascar con estropajos o cualquier otro elemento que resulte abrasivo. Al contrario, es una práctica que resulta contraproducente y que debemos evitar a toda costa.
Lo más adecuado para limpiar grifos cromados son las bayetas suaves o bien las esponjas. Combinadas con un jabón neutro, la asepsia que aportan resulta más efectiva y menos corrosiva que con otras elecciones.
Limpia con regularidad
Como hemos dicho, la existencia de la cal es inevitable, ya que se encuentra en la propia agua. Para evitar su formación, lo ideal es limpiar los grifos cromados con regularidad. Cuando el agua se queda sobre las superficies, puede dar lugar a humedad y hongos.
La solución que existe es la de secar la grifería una vez que hemos terminado de utilizarla. Con un paño suave y que esté limpio, recorreremos toda la superficie del grifo para eliminar cualquier resto de agua. De esta manera, estamos prolongando en el tiempo su conservación.
Busca productos naturales
Lo mejor para limpiar grifos cromados es utilizar productos que sean naturales o lo más cercano posible. Puesto que se trata de un material muy delicado y que no responde bien a los agentes agresivos, debemos cuidarlo y buscar opciones que sean efectivas pero sin ser dañinas.
Una de las combinaciones más efectivas para limpiar grifos cromados es el bicarbonato mezclado con vinagre. Los remedios naturales son muy sencillos de preparar, pero dan muy buenos resultados. Y lo más importante, no estropean las superficies.
El bicarbonato se caracteriza por ser un abrasivo muy suave que puede emplearse sobre cualquier material. Además de la suciedad, elimina las bacterias y no resulta tóxico. Impregnaremos una esponja en el y la pasaremos por toda la superficie de la grifería, y retiraremos todo el exceso.
A continuación cogeremos el vinagre y lo verteremos por aquellas partes menos accesibles y con suciedad más incrustada. Podemos dejarlo actuar sin riesgo durante horas, e incluso toda la noche si lo consideramos necesario. Una vez pasado todo este tiempo, con un cepillo de pequeño tamaño, como los de dientes, frotaremos para eliminar los restos que hayan podido quedar. Por último, aclararemos y secaremos con un paño seco.
Elige productos de calidad
Los productos de limpieza pueden funcionar para limpiar grifos cromados, pero no son infalibles, sobre todo cuando la grifería no es buena. Por ello, y para evitarnos batallas innecesarias, es preferible invertir un poco más y disponer de piezas con materiales de alta calidad que nos den cierta garantía.
Cómo evitar el daño de los grifos cromados
Conocer cómo limpiar grifos cromados es útil cuando ya existe el daño en estas piezas. Sin embargo, como bien dice el dicho, lo ideal es prevenir para no tener que curar, o limpiar en profundidad en este caso. Y, llegados al extremo, tener que recurrir a cambiar la grifería. Si quieres evitar que esto suceda, a continuación te dejamos cómo puedes contribuir a ello.
Realiza un mantenimiento periódico
Si no quieres que se vayan acumulando progresivamente los sedimentos y el óxido en tu grifería, tendrás que llevar a cabo un mantenimiento con regularidad, de cara a evitar que pase. No importa si se trata de la grifería de la cocina o de la del baño, puesto que en ambos casos, si no se presta atención, se irá estropeando progresivamente y comenzarán a aparecer problemas como los goteos por el caño y otros males que nos conducirán irremediablemente al temido cambio de las piezas.
Limpieza tras el uso
La limpieza es el punto clave, y con este artículo, ya conoces cómo debes proceder para limpiar los grifos cromados. Dado que la cal es la principal responsable, hay que eliminarla cuanto antes para que no manche y se convierta en un daño permanente en los grifos.
Los grifos cromados presentan una delicadeza mayor que otras opciones, por lo que es importante recordar no utilizar aquellos limpiadores con amoniacos o con ácidos, como ya indicamos anteriormente. Sigue siempre las indicaciones del fabricante y disuelve los productos en agua para evitar ocasionar daños innecesarios.
Secado tras la limpieza
Además de eliminar los restos, hay que secar la grifería tras el uso. Para ello se recomiendan los paños de microfibra. Al secar, estamos evitando que la cal y otras sustancias se conviertan en sedimentos sobre la superficie de la grifería. Cuando esto sucede, el brillo de las piezas se va perdiendo y, posteriormente y con el paso del tiempo, llega el óxido y al final la rotura de los elementos.
Cuida la grifería cuando no se usa
Si por algún motivo no vas a hacer uso de los baños de tu vivienda, bien porque viajas, bien porque se trata de una segunda residencia de poco uso, así como cuando se reside en un lugar muy cercano a la playa, se recomienda rociar la grifería con silicona en aerosol y envolverlos en plástico. En el desagüe, se debe echar un poco de aceite; cuando se evapora el cierre hidráulico, se filtran los malos olores procedentes de la cañería. Si tienes un desagüe en la terraza o el patio de casa, es probable que te hayas dado cuenta de estos olores cuando se seca el agua de aquellos.
Limpia el filtro y la rejilla
El filtro o la rejilla de un grifo es lo que se conoce como aireador. Esta es la pieza que va en el extremo superior del caño y que es por donde sale el agua al exterior. En esta malla se van acumulando todos los sedimentos que arrastra el agua, así como la cal. Si no los eliminamos, se producen obstrucciones y el caudal de agua va siendo cada vez menor.
Para limpiar este filtro, solo debes desenroscar la pieza con una llave inglesa. Utiliza un trapo para rodearla, porque de lo contrario podrías rayar el cromado. Una vez lo hayas conseguido, basta con que le des un par de golpes contra alguna superficie o lo pongas debajo del chorro para que el agua elimine las partículas. Si tuvieras que cambiar esta rejilla por estar deteriorada, consulta al fabricante o lleva la pieza a una ferretería para adquirir un recambio similar.
Revisa la conexión con la tubería
Otra de las partes de la grifería que se suele descuidar porque no está a la vista es el cuerpo del grifo que va conectado con la tubería de la pared. Aquí también se acumula la cal y el daño que cause será exactamente el mismo. De nuevo, emplea agua con jabón o aplica un descalcificador con una esponja. Si ves que el deterioro ya es avanzado y que hay fugas en esta zona, tendrás que reemplazar las piezas porque el desgaste es extremo o han llegado a oxidarse. Procura incorporar la revisión de esta área en tu limpieza periódica.
Apuesta por grifería de calidad
Cuando mayor sea la calidad de la grifería por la que apuestes y más larga su garantía, menores serán los problemas relativos a la cal y el trabajo de limpiar los grifos cromados. Aunque siempre será necesario proceder con el mantenimiento, cuanto más baja es la calidad de un producto, mayor y más rápido será su deterioro, tal y como sucede con cualquier artículo que se compre.
Conozco a algún químico pero no es agresivo, es buena persona. Eso si también se de -productos químicos- (que no es lo mismo) que son cáusticos o agresivos.
Nada como el jabon blanco para dejar brillantes los grifos.